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| Nuestro libro más reciente es sobre un artista colombiano poco conocido |
Gregorio Cuartas es del tipo de artistas que prefiere pasar desapercibido, que no busca reconocimiento y que protege sus procesos creativos envolviéndolos en silencio. Poco se sabe de su vida personal. Recientemente publicamos un libro sobre él y su dedicación al arte religioso, rico en simbolismo y belleza. En esta entrada del blog contamos parte de su historia, y los invitamos a hojear la edición en la que recogemos lo mejor de su arte sacro.
“Llegó un día a Florencia un muchacho de Colombia cuyo aprendizaje en su tierra había sido más cercano a la vida de la montaña que a la escuela. Había nacido de padres campesinos en una hacienda de caña de azúcar. La casa era como un gran balcón mirando al monte. El aire olía a miel y azahar. En la noche, de un soplo se apagaban las velas y la luz de la luna se colaba por las rendijas de las ventanas.
En los domingos se levantaban todos para ir a misa, y a las cinco de la mañana bajaban a pie por caminos de piedra. Entonces veía deshacerse la oscuridad en un azul de leche apuntado por estrellas blancas, hasta que el sol radiante caía sobre las piedras. Esta lección de luz y vida transparente pudo en él más que dibujar al carboncillo Apolos en la escuela de Bellas Artes de Medellín”.
Luego de estudiar artes en la capital antioqueña, Gregorio salió de Colombia con rumbo a Europa. Se había enamorado del viejo continente al organizarle la biblioteca a un monje benedictino: en ella había un libro con reproducciones de las pinturas del Giotto y fotos de antiguas iglesias romanas.
En 1962 llegó a Italia, donde estuvo en la academia un par de meses y estudió en los museos las obras que admiraba. Luego viajó a Francia e ingresó al monasterio de la Pierre-qui-vire. El historiador Santiago Londoño relata cómo fue la incursión de Cuartas en el arte religioso:
“En el monasterio el padre abad vio su interés por el arte y le propuso que adelantara un proyecto para restaurar las criptas, que para entonces estaban muy deterioradas y solo se utilizaban para celebrar algunas misas. Cuartas emprendió la restauración y recuperación de las cuatro criptas del monasterio, lo que incluyó la realización de altares, vitrales y mobiliario religioso”.
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| Una de las criptas restauradas por el artista Gregorio Cuartas en Francia. |
Gregorio llevó vida monástica durante cinco años y aunque se retiró, siguió dedicándole gran parte de su obra al arte sacro. Desde comienzos de la década de los setenta vive entre París e Italia, y ha hecho exposiciones en galerías prestigiosas, como la Albert Loeb. En los últimos veinte años se ha concentrado en dibujar los planos de monasterios en Colombia, y en restaurar capillas e iglesias en Francia.
Sus vitrales, pinturas, altares, cálices o mosaicos, son piezas que, sin importar la posición religiosa de quien las contempla, invitan a una contemplación serena. Detrás de cada pieza de arte que hace Gregorio, se abre un gran silencio.
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| Gregorio diseñó el monasterio “El paráclito divino”, en Guatapé, Antioquia. |
El libro
En este libro ofrecemos a los lectores una forma especial de acercarse al arte de Cuartas. Santiago Londoño Vélez, además de contar anécdotas sobre el artista, escribe un ensayo riguroso sobre el desarrollo que ha tenido su obra en los últimos cincuenta años. Además, las fotografías de los espacios en los que ha trabajado, y las reproducciones de sus pinturas, diseños y bocetos, hacen que la edición tenga un carácter íntimo muy especial.
Hicimos este libro como una meditación. Cuidamos cada detalle para que el lector viva sin distracciones la experiencia del arte sacro. Gregorio Cuartas es un gran artista colombiano, y ha sido un privilegio y un gusto ofrecer su trabajo al público del país. Esperamos que con este libro en las manos puedan abrir el silencio y respirar en su calma un rato.
Los invitamos a ver este video, y adquirir el libro en nuestra tienda virtual