Reseña: el remordimiento de baltazar serapión

Baltazar Serapión es un hombre que casi nada posee: el lugar en el que vive es propiedad de un señor feudal que gobierna la vida de sus sirvientes hasta en los ámbitos más privados. Lo que podría pasar como su única propiedad es una vaca, la sarga*, un animal casi doméstico-casi místico, patrimonio en común con sus padres y su hermano aldegundes, no se sabe si por simple tenencia o por un rumorado parentesco. Los sarga, como son conocidos, le entregan su hija al gran señor para que lo sirva como esclava. Hecho esto, sería de esperar que la vida de los demás corra mejor suerte. Pero esta es una tierra donde los hombres (las mujeres ni siquiera entran en consideración) no tienen derecho a gobernarse a sí mismos, donde la pobreza llega a la expresión extrema de desposeerlos de su propia vida. Este despojo deja su vacío para la violencia, el gesto desesperado por arrancar de la realidad algo para nombrar como propio: una casa, unas cuantas monedas, una mujer que, como la tierra, puede ser saqueada con impunidad. 

Valter Hugo Mãe narra la historia de los que no son dueños de nada con una pregunta esencial por el lenguaje. ¿Cómo contar el mundo ante la escasez de significados? Su prosa poética prescinde de la abundancia de la metáfora para dedicarse a reunir las pocas cosas que existen: lo concreto y la creencia cruda. Como ocurre en otros de sus libros, su propósito parece ser fundar un mundo con lo mínimo, para experimentar de nuevo el milagro de nombrar lo que siempre ha estado ahí.

*conservamos las minúsculas del original, que prescinde completamente de mayúsculas a lo largo de todo el texto.

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