Celebremos 7 años con 7 líneas

Hoy celebramos 7 años porque contamos con ustedes, los lectores que nos acompañan edición a edición, apreciando, comprando, leyendo nuestros libros, visitándonos en las ferias, enviándonos sus mensajes y opiniones. 
El 15 de noviembre de 2005 comenzamos este proyecto cultural, y hoy, en nuestro séptimo aniversario, queremos festejar con un homenaje a la palabra.
El 7 es un número sugestivo, una cifra especial. Por eso vamos a regalar 7 libros de José Antonio Suárez Londoño, y 7 colecciones de la Revista Matera, que, precisamente, acaba de llegar a su número 7. 
La propuesta se llama «7 años, 7 líneas», y es muy fácil participar.
Queremos conocer cuáles han sido los libros que los han marcado, esas lecturas que se han vuelto parte de ustedes. Por eso, les proponemos que busquen en sus bibliotecas, escojan ese libro, y seleccionen en él un fragmento de máximo 7 líneas (530 caracteres). No tiene que ser un libro nuestro, la única condición es que sea en español (puede ser traducción), y que no exceda el límite de caracteres. 
Cuando lo hayan seleccionado, tienen tres opciones para hacérnoslo llegar:
  • Twitter: Es la forma más divertida, y la recomendamos. Pueden tomarle una fotografía a la página (con el celular está bien), y tuitearla utilizando la etiqueta #7AñosTragaluz. Ya hemos recibido más de 15 propuestas por este medio, y pueden ir conociendo los gustos de los demás lectores.
  • Como comentario en esta entrada del blog: Pueden transcribir los fragmentos, y publicarlos como comentarios aquí abajo. Recuerden no hacerlo como anónimos, para poder contactarlos en caso de que ganen.
El criterio para seleccionar los ganadores será, en esta ocasión, completamente subjetivo. ¿Nos conceden ese deseo por nuestro cumpleaños? 😉 Leeremos en la oficina todos los fragmentos, y esos 7 que más nos gusten serán los que ganarán el premio. 
Vamos a distribuir la entrega de los paquetes con libros y revistas de la siguiente manera: 2 paquetes el jueves 15 de noviembre; 1 el viernes; 1 el sábado, y 3 el domingo. El lunes 19 de noviembre enviaremos los premios a los ganadores (por cuestiones logísticas, los envíos serán únicamente dentro de Colombia).
¿Qué mejor manera de celebrar que compartiendo los libros que uno más quiere? Dejen que la belleza de ese libro hable en 7 líneas escogidas. 
Vean lo que ganarán, para que se animen. ¡Un saludo a todos y gracias por valorar tanto nuestro trabajo!
Para celebrar nuestros 7 años, regalaremos 7 paquetes como este. ¡Anímense a participar!
Mediavuelta
Tragaluz editores S.A.

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37 Comentarios

  1. «-Yo seré poeta -dijo él un día, levantando la vista y ladeando la cabeza.
    Contemplaba el mar, su cabello rubio ondeaba en el viento cálido, tras las pestañas medio cerradas miraba la lejanía. La nodriza lo abrazó, atrayendo la cabeza hacia sus senos, y le respondió:
    – ¡Qué va! ¡Tú serás soldado!
    – ¿Cómo mi padre? -preguntó el niño, meneando la cabeza-. Mi padre también es poeta, ¿no lo sabías? Siempre está pensando en otra cosa».
    El último encuentro. Sándor Márai.

  2. «Eran completamente niños, pues no lo eran de verdad. De paseo en
    paseo, siluetas entre árbol y árbol, recorrían sin papel recortado aquel escenario de
    nadie. Y así desaparecieron por el lado de los estanques, cada vez más juntos y
    separados, y el ruido de la vaga lluvia que cesa es el de los surtidores de hacia
    donde iban. Soy el amor que disfrutaron y por eso lo sé oír en la noche en que no
    duermo, y también sé vivir desgraciado. «

    El libro del desasosiego. Fernando Pessoa.

  3. «Uno tiene un excelente amigo, se muere y se acuerda de él un tiempo y después se va olvidando, como del Rogerio, que se murió, de picadura de cobra, y él se acordó del Rogerio un tiempo y ahora ya hacía años que no pensaba en el Rogerio. Un amigo se muere y uno se hace de otros amigos, y se olvida, eso es la muerte».
    Sangre de amor correspondido, Manuel Puig.

  4. #7AñosTragaluz

    La poesía entra en el sueño
    como un buzo muerto
    en el ojo de Dios.

    Resurrección, Roberto Bolaño

  5. «La voz de Lennon no deja de intrigarme, y no solo por razones nostálgicas, sino quizás por el alcance de lo que dice. Es una voz firme, pero cruel y dura; a nadie le gustaría ser críticado con ella. También es atrevida, muy melancólica y experimentada, llena de dudas, confianza y humor. Es expresiva, encantadora y sensual; esconde muy pocas cosas». Hanif Kureishi

  6. «Hasta que al final me pidió que le perdonase por haberme venido a contar sus historias, que un hombre tiene que saber arreglárselas solo, pero que me conocía hacía tanto tiempo, y que me conocía tan bien que le parecía como si yo fuese una hermana suya, y cuando dijo que me consideraba como si fuese hermana suya se echó a llorar y me asusté mucho. Era la primera vez que veía llorar a un hombre, alto como un San Pablo y con los ojos azules. Cuando se calmó un poco se fue de puntillas para no despertar a los niños y cuando me quedé sola, sentí una cosa muy rara por dentro: una pena mezclada con un bienestar que seguramente no había sentido nunca»
    La Plaza del Diamante. Mercé Rodoreda.

  7. “De este modo, soy aún el amante de los bosques y montañas, de todo cuanto vemos en esta verde tierra:
    el amplio mundo de oído y ojo, cuanto a medias crean o perciben, contento de tener en la Naturaleza y los sentidos el ancla de mis puros pensamientos,guardián, guía y nodriza de mi alma…”

    William Wordsworth. Poema: Versos escritos pocas millas más allá de la Abadía de Tintern, 1798.

  8. «Entonces hubo un veloz destello, como de fuego (pero no quemó a nadie) que podría haber surgido del cielo o del mismo León, y cada gota de sangre se estremeció dentro del cuerpo de los niños, y la voz más profunda y salvaje que hubiesen escuchado jamás, dijo:
    – Narnia, Narnia, Narnia, despierta. Ama. Piensa. Habla. Sed árboles que
    caminan. Sed bestias que hablan. Sed aguas divinas».

    C.S. Lewis: «Crónicas de Narnia VI, El sobrino del mago»

  9. Y horror
    del libro empezaron a salirse las palabras
    a andar
    a arquearse
    a deslizarse por encima de mis manos
    y se internaron por el inmenso hueco de la vida real.
    –Suenan Timbres. Luís Vidales

  10. «Lo malo del matrimonio es que empieza bien y termina mal, aunque el síntoma es siempre el mismo: al principio la taquicardia del primer encuentro con la mujer de tus sueños y al final la taquicardia de la vida diaria con la mujer de tus pesadillas».
    Defensa cerrada. Petros Markaris.

  11. Me gusta Jacinto.
    María José es muy linda.

    Libro: Jacinto y María José – Dipacho

  12. -Si María tiene tres manzanas
    y le da una a Nicolás
    ¿cuántas le quedan?
    -En que está pensando, Nicolás?
    ¿Acaso no sabe la respuesta?
    -Si María me da una manzana,
    todavía me queda una esperanza.

    –Si María. Jairo Aníbal Niño–
    -La Alegría de querer-

  13. «Hay pocos momentos en la existencia de un hombre en que este experimente tan lamentable angustia y encuentre tan escasa conmiseración caritativa como cuando va en persecución de su propio sombrero. Para alcanzar un sombrero se requiere mucha frialdad y un grado especial de discernimiento. Uno no se debe precipitar, pues lo pisará; no debe caer tampoco en el extremo opuesto, pues lo perderá por completo. El mejor modo es mantenerse gentilmente a la altura del objeto de la persecución, ser prudente y cauteloso.»

    Los papeles póstumos del club Pickwich. Charles Dickens.

  14. «Supongo que quiero decir que Kafka comprendía que los viajes, el sexo y los libros son caminos que no llevan a ninguna parte, y que sin embargo son caminos por los que hay que internarse y perderse para volverse a encontrar o para encontrar algo, lo que sea, un libro, un gesto, un objeto perdido, para encontrar cualquier cosa, tal vez un método, con suerte: lo nuevo, lo que siempre ha estado allí.»

    LITERATURA + ENFERMEDAD = ENFERMEDAD de Roberto Bolaño.
    Libro: El Gaucho Insufrible

  15. Segundo intento:

    «Las tejas son la variedad voladora de la familia de los ladrillos. La creencia popular asumía que los ladrillos eran los machos y las tejas las hembras de la especie, posiblemente debido a que en los sitios de crianza se encontraban unos y otras entremezclados hasta la época de la migración. Pero las diferencias son radicales en lo referente a costumbres y hábitat: las tejas prefieren el aire libre, la intemperie, la lluvia, el sol y la luna».

    Las cosas de la casa, Celso Román.

  16. «Nunca comprendí por qué Platón insistió tanto con la vida reflexiva. Que la vida no reflexiva no vale la pena vivirse, démoslo por sentado, pero lo mismo puede decirse de la vida reflexiva. Uno zetea su vida y ve que es una montaña humeante de estiércol: una cosa es ver la falta de valor de tu existencia, mojar el dedo en el fango de tu alma, yotra distinta trabajar en pro de alguna clase de mejora. Es más fácil metamorfosear un banquete en excremento que convertir excremento en algo sabroso. O el oráculo de Delfos: conócete a ti mismo. ¿Qué pasa si uno no es la clase de persona que le gustaría conocer? Ir hasta el espejo y asestarle tu cara a tu cara no es algo incuestionablemente agradable.» Filosofía a mano armada de Tibor Fischer

  17. «Florentino Ariza no tuvo que pensarlo para saber de quién hablaba. Sin embargo, cuando el chofer le contó cómo había muerto, la ilusión instantánea se desvaneció, porque no le pareció verosímil. Nada se parece tanto a una persona como la forma de su muerte, y ninguna podía parecerse menos que esta al hombre que él imaginaba. Pero era el mismo, aunque pareciera absurdo: el médico más viejo y mejor calificado de la ciudad, y uno de sus hombres insignes por otros muchos méritos, había muerto con la espina dorsal despedazada, a los ochenta y un años de edad, al caerse de un palo de mango cuando trataba de coger un loro». El amor en los tiempos del cólera, Gabriel García M.

  18. << Golpeo el suelo con las plantas de los pies y la vida me sube por las piernas, me recorre el esqueleto, se apodera de mí, me quita la desazón y me endulza la memoria. El mundo se estremece. El ritmo nace en la isla bajo el mar, sacude la tierra, me traviesa como relámpago y se va al cielo llevándose mis pesares. >>

    Fragmento: La Isla Bajo el mar, Isabel allende.

  19. Korinna Bustamante
    Vivía solo en el aposento guarnecido de una serie de espejos mágicos. Ensayaba, antes de la entrevista con algún enemigo, una sonrisa falsa. Había exterminado las hijas de los pobres, raptándolas y perdiéndolas, desdeñosamente. (…) El caballero habita una casa desprevenida de guardianes, sumida en la sombra desde la puesta del sol. No se cuenta de ningún asalto concertado por sus malquerientes. Se abandona sin zozobra al sueño inerme. Fía su seguridad al efluvio de una redoma fosforescente, en donde guarda una criatura humana, el prodigio mayor del laboratorio de Fausto.
    El talismán
    José Antonio Ramos Sucre (Venezuela, 1890 – Ginebra, 1930)

  20. Voy de nuevo porque está muy dura la competencia y el regalo es muy hermoso. Va:
    «“Un día le preguntó:
    –¿También a ti te enseñó el río aquel secreto: que el tiempo no existe?
    Una clara sonrisa iluminó el rostro de Vasudeva.
    –Sí, Siddhartha –repuso–. Te estás refiriendo sin duda a lo siguiente: que el río está a la vez en todas partes, en su origen y en su desembocadura, en la cascada, alrededor de la barca, en los rápidos, en el mar, en la montaña, en todas partes simultáneamente, y que para él no existe más que el presente, sin la menor sombra de pasado o de futuro.”

  21. Qué tal esto? «La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar». Eduardo Galeano

  22. – Como lo que Alicia le responde a la oruga: «Yo no sé quién soy, pero sí sé quién era cuando
    me desperté esta mañana. Me parece que he debido cambiar varias veces desde entonces».
    – Exactamente …
    -Porque si soy como mis pensamientos,Carl, podría ser cualquier cosa; desde una sopa de pollo,
    un par de tijeras, un cocodrilo, un cuerpo o un leopardo hasta un tarro de cerveza. Si soy mis sentimientos soy amor, odio, irritación,aburrimiento, felicidad, orgullo,humildad,dolor,locura.
    -Placer
    Leonora de Elena Poniatowska.

  23. LA SEÑAL

    Pronunciaré tu nombre
    en la última hora.

    Así sabrá la muerte
    donde encontrarme cuando
    llegue.
    -Meira Delmar

  24. “Pintarte quisiera, pero no hay colores,
    por haberlos tantos, en mi confusión,
    la forma concreta de mi gran amor.”

    Fragmento carta para Diego Rivera
    Libro: El Diario de Frida Kahlo – un íntimo autorretrato

  25. «Le hizo daño oír, al final, que Hervé Joncour dijera quedo
    – Nunca oí ni siquiera su voz.
    Y después de una pausa
    – Es un dolor extraño.
    Quedo.
    -Morir de nostalgia por algo que no vivirás jamás.»

    Seda, Alessandro Baricco

  26. «Ten presente que las cosas que te metes en la cabeza están ahí por siempre, dijo. Quizá deberías pensar en eso. Alguna cosas las olvidas, ¿no? Sí. Olvidas lo que quieres recordar y recuerdas lo que quieres olvidar.»
    La Carretera, Cormac McCarthy.

  27. «Cada uno de nosotros es dos, y cuando dos personas se encuentran, se acercan, se unen, es raro que las cuatro puedan estar de acuerdo» Pessoa en El libro del Desasosiego.

  28. El arma que era mi imaginación dio muerte a gran número de soldados griegos, a
    muchos esclavos blancos de Arabia, príncipes de tribus salvajes, ascensoristas de
    hotel, camareros, chulos, oficiales del ejército, trapecistas de circo… Era yo como
    uno de esos salvajes merodeadores que, al no saber la manera de expresar su
    amor, cometen la equivocación de matar a las personas que aman. Y yo besaba
    los labios de aquellos que se habían desplomado y que, en el suelo, aún se
    convulsionaban espasmódicamente.

    CONFESIONES DE UNA MÁSCARA. YUKIO MISHINA

  29. «Jugó, venció, meó, perdió.» Maradona por Eduardo Galeano.

  30. La palabra escrita me enseñó a escuchar la voz humana, un poco como las grandes actitudes inmóviles de las estatuas me enseñaron a apreciar los gestos. En cambio, y posteriormente, la vida me aclaró los libros.

    Memorias de Adriano, Marguerite Yourcenar

  31. De pie, garabateo una nota: “Querida Susan: me he marchado de casa y no volveré. Siento decir que no creo que podamos hacernos felices el uno al otro. Hablaré contigo mañana.” Ya está. Pero entonces me percato de que ella me ha dejado otra nota, pidiéndome que recoja su ropa en la tintorería. Maldiciendo, voy hasta allí rápidamente para buscarla y se la dejo en el dormitorio.

    Hanif Kureishi, «Intimidad».

  32. «Y José Anaiço acaricia los brazos de Joana Carda , la besa en la frente, después los párpados se cierran, si al menos este momento pudiera venir conmigo allí a donde vaya, no pido más, un momento sólo, éste, no precisamente este de ahora cuando estoy hablando, el otro, el anterior, el que precedió al anterior, aquel que ya apenas se distingue desde aquí, no lo atrapé cuando vivía, ahora es tarde.»
    José Saramago En La balsa de piedra.

  33. «(…)Pero entonces vi el zapato que tenía en la mano. Nunca antes había reparado en él.
    Puse el zapato en el suelo y me lo quedé mirando.
    Era un zapato como otro cualquiera.
    Y eso precisamente era lo que levantaba mis sospechas.
    Era «demasiado zapato».
    Me propuse sorprenderlo. Agarré el periódico y fingí leer. Luego, de sopetón, volví la cabeza, pero él hacía como si nada y seguía siendo un zapato. » Mrozek. Noche en vela.

  34. «Los equilibristas se encuentran en el centro de la cuerda floja, se saludan, cómo está usted, qué gusto de verle, recuerdos por su casa; con permiso, hasta pronto, buena suerte; y cada uno sigue su camino.»

    Fragmento: Tres poemas ilustrados – Jaime jaramillo E.

  35. Fragmento: La canción del hijo pródigo.

    “Sé que soy la oveja más radiante del rebaño,
    La que transitó laberintos y ásperos senderos,
    la que prefirió los cantos de la aurora
    a los gritos y golpes de los hombres”

    Libro: Danza secreta en la montaña encantada – Fabio Holguín Marriaga

  36. «Esta es una obra de ficción.
    La razón por la cual algunos de sus personajes podrían parecerse a personas de la vida real,es la misma por la cual algunas personas de la vida real parecen personajes de novela. Nadie, por lo tanto, tiene derecho a sentirse incluido en este libro. Nadie, tampoco, a sentirse excluido».

    En: Palinuro de México – Fernando del Paso

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